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Meditación, un proceso para nuestra evolución

La meditación es un camino de vida, que permite al ser humano alcanzar su evolución. Camino señalado hace ya 5 mil años AC, en los Yoga Sutras de Patanjali.


Cuando hablamos de la meditación como un proceso, estamos hablando que va a más allá de una práctica esporádica para sentirnos bien, más tranquilos y bajar nuestro estrés, que si bien lo logra, no es su principal objetivo.

meditación como proceso para nuestra evolución
Meditación

La meditación nos orienta hacia el ser, hacia nuestra alma, hacia nuestra consciencia, y no en el estar, nuestro ego o personaje, conectándonos con nuestra verdadera naturaleza.


En los Yoga Sutras de Patanjali se hablan de las etapas de la meditación que nos permitirán alcanzar ese estado de iluminación o samadhi. Éstas etapas son 8 y nos hablan de conductas y acciones en concreto que nos permitirán avanzar en el proceso.


Estas etapas son:


1. Yama: el primer paso de los 8 del yoga es Yama, el cual tiene como principios éticos y reglas para vivir en sociedad:

Ahimsa: no violencia. No desear herir en palabra, pensamiento u obra.

Satya: veracidad. Ser sincero y honesto. No mentir.

Asteya: no robar. Ni aprovecharse de una situación que alguien nos ha confiado.

Brahmacharya: No implica celibato, sino no desperdiciar la energía sexual, ya que es inmensamente poderosa.

Aparigraha: No codiciar. Recibir exactamente lo que es justo. No aferrarse a bienes materiales ni a pensamientos o emociones.


2. Niyama: el segundo paso de los 8 del yoga es Niyama que describe las disciplinas individuales y actitudes hacia uno mismo.

Sauca: limpieza. Tanto externa como interna. Una alimentación equilibrada, pensamientos puros, y la práctica de asanas y pranayamas limpian el cuerpo internamente.

Santosa: contento. Desarrollar un sentimiento de contentamiento, independientemente de los resultados de nuestras acciones.

Tapas: autodisciplina. Elimina las impurezas del cuerpo y la mente. Asana y pranayama son una forma de tapas.

Svadhyaya: autoconocimiento. Reflexión y auto observación que lleva al desarrollo espiritual.

Isvara pranidhana: Entrega y renuncia. Libera al practicante de los deseos mundanos.


3. Asana: asana significa pose o postura y forma parte de los 8 pasos del yoga.

Las asanas son posiciones específicas del cuerpo que limpian los canales de energía y equilibran el flujo de la misma en el organismo, generando estabilidad física, mental y emocional. Estas deben realizarse con plena conciencia y sin esfuerzo, buscando la calma y la comodidad, y sosteniendo un ritmo respiratorio firme y constante. Controlando el cuerpo, se controla la mente; las asanas son herramientas para acceder a estados más elevados de conciencia. Actúan de manera somato-psíquica: del cuerpo hacia la mente.


4. Pranayama: “Prana” significa “energía vital” y está presente en todas las cosas, animadas e inanimadas. Se encuentra íntimamente relacionada con la respiración y es mucho más sutil que el aire o el oxígeno. Todo lo que vibra en el universo es prana. “Ayama” significa extensión, expansión, amplitud, prolongación, estiramiento. Por lo tanto, la palabra pranayama significa expansión del prana o energía vital. Las técnicas de pranayama utilizan la respiración para influir en el flujo de prana en los nadis o canales de energía del pranamaya kosha o cuerpo energético.


5. Pratyahara: es el quinto paso de los 8 del yoga y se concentra en retirar los sentidos, la mente y la conciencia del contacto con los objetos externos para luego interiorizarse y dirigirlos hacia el alma.


Es la ciencia de restringir los sentidos privandolos de lo que les alimenta, el mundo objetivo externo. Se los libera al retirar el suministro de alimento en forma de deseos y su satisfacción.


El objetivo es que los sentidos pierden interés en sus respectivos objetos (para el ojo, la forma; para el oído, el sonido; para la nariz, el olor, etc.) y se retiran del mundo externo para ayudar a la mente en su búsqueda interna.


6. Dharana: Es el 6 paso de los 8 del yoga y significa concentración, en el que su técnica principal es fijar la conciencia en un punto fijo.


Dharana viene de la raíz “dhr”, que significa “llevar”, es dirigir la mente hacia un punto fijo, y mantenerla allí por un tiempo determinado, con una atención unidireccional siendo el paso previo a la meditación. Mediante la concentración se controlan y enfocan las funciones de la mente.


7. Dhyana: significa meditación y es el paso 7 de los 8 del yoga. Se basa principalmente en mantener firmemente la dharana, en el que esta última evoluciona convirtiéndose en dhyana. Es un estado contemplativo, en el cual la atención pasa de unidireccional a no-direccional, y el flujo de atención se vuelve regular y continuo.


En este paso, el tiempo psicológico y cronológico se detienen y la mente observa su propio comportamiento.


8. Samadhi: Samadhi significa absorción total y es el último paso de los 8 del yoga. Cuando el objeto de meditación absorbe al meditador, se pierde la consciencia de uno mismo, esta unión de sujeto y objeto es samadhi. En este paso cesan las fluctuaciones de la mente y se experimenta un flujo uniforme de conciencia, que impregna los cinco koshas o envolturas, las cuales se ha purificado y solo reflejan la luz del alma.


La práctica del yoga (abhyasa) y el desapego o renuncia (vairagya) son los medios para detener los movimientos de mente y en los 8 pasos descritos se describe el camino de cómo conseguirlo.


Sin embargo, en relación al proceso meditativo, ¿Cómo podemos comenzar de manera práctica?,


Tomando la sabiduría de los Yoga Sutras de Patanjali, podemos ordenar este proceso en fases, las cuales al ser practicadas nos ayudarán a generar la musculatura necesaria para alcanzar la nuestra transformación interna:


1° fase, práctica y hábitos de vida de ritmo sosegado, calmar nuestro mundo mental y emocional, de vida saludable, acostumbrarnos a observarnos y a percibirnos , y el estudio y desarrollo de nuestra mente abstracta, para impulsar nuestro discernimiento.


2° fase, práctica del aquí y ahora, soltando el pasado y sus experiencias, que ya han sido integradas por nosotros y han contribuido a nuestro proceso de consciencia. El pasado ya no existe. Como contrapartida soltar el futuro, podemos programar ciertas acciones, sin embargo debemos soltar el control y confiar en la vida.


3° fase, práctica del silencio. Incluir en nuestra vida diaria espacios de pausa y de silencio, nos ayudará a favorecer estados mentales de tranquilidad. Estos espacios poco a poco nos irán aportando mayor armonía y paz en nuestra vida. Pueden ser espacios de silencio, respirando conscientemente , aquietando a nuestra mente.


4° fase, atención, ser conscientes de que la atención considera a nuestra mente concreta, la cual toma percepción de los estímulos externos, en donde debemos procurar que esta atención sea sin distracciones. Es contar con una mente receptiva, pasiva, que conlleva voluntad, voluntad de estar atentos, en total presencia.


5° fase, concentración o Dharana, cuando nosotros situamos a la mente en concentración a un objeto o sujeto. En la concentración la mente se sitúa en un estado activo y creativo. por ejemplo leer un libro en donde todo tu espacio mental lo toma el libro que estás leyendo y tu creatividad y espacio reflexivo está concentrado en ese contexto. El espacio de tu mente está ocupado en un solo objeto.


6° fase, contemplación o Dhyana , es un estado mental en donde por primera vez las barreras entre tú y el resto empiezan a diluirse, entre el sujeto y el objeto. Por ejemplo cuando estás observando un paisaje en la naturaleza, y llega a un punto en donde tu percepción y observación se vinculan, sujeto y objeto, individuo y paisaje.


7° fase, alta contemplación o éxtasis o samadhi, desaparecen las barreras, el observador y el observado se unifican, son uno, es la fusión con la vida, es la fusión con la realidad. Esta experiencia de contemplación nos abre a la percepción real de la vida y del ser que somos, la experiencia de Dios.


De todo este proceso aparece un nuevo ser humano, que ya no estará inmerso en el ruido de la vida cotidiana, ya que a transformado profundamente su interior, tomando consciencia del verdadero ser que es.


Por lo tanto la meditación no es algo que se haga o deje de hacer, es un proceso que nos invita a observarnos, para liberarnos del sufrimiento y volver a nuestro corazón.




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